Así, es como se construyen las percepciones, y cómo nos vamos creando nuestro propio imaginario sobre las cosas, personas y organizaciones que nos rodean.

Necesitamos transformar la forma en que pensamos y construimos marcas, manteniendo la coherencia en cada punto de contacto que los usuarios tienen con ellas.

Pensando partido a partido, interacción tras interacción, en cualquier momento, lugar o formato, hay que trabajar cada interacción siendo coherentes con nuestra cultura de marca.

Cada interacción, cada punto de contacto, van generando una huella que acaban formando una experiencia global. de tal forma que brinden una misma experiencia y valor a las personas que interactúan con ellos en cada uno de los diferentes momentos.

Una marca será la suma de todas estas experiencias, interacción tras interacción.